viernes, 2 de noviembre de 2012

La auténtica Carbonara... ¡no lleva nata!


La Carbonara es una forma italiana tradicional de preparación de la pasta, generalmente spaghetti, aunque puede prepararse con diferentes tipos de pasta alargada. Si bien el origen del nombre no parece estar claro y existen varias teorías al respecto, lo que sí sabemos es que la receta original italiana no lleva nata. Los ingredientes básicos son huevo, pimienta negra y un poco de aceite de oliva, y podéis incluir además pancetta, o algún vegetal y queso parmesano. Dado que mi aversión a la nata en las comidas es universalmente famosa, no voy a insistir sobre lo que para mi estropea completamente los platos. Reconozco que en algunas salsas de acompañamiento con vino, pimienta o setas, la nata puede aportar una cremosidad y cuerpo que le va bien a algunas recetas, sin embargo rechazo totalmente esas "sopas de nata" que en algunos sitios llaman Carbonara, porque este plato, preparado en su forma original está delicioso. Probad y ya me contaréis, ¡ah! está tirado de hacer. En esta caso utilicé rigatoni Barilla, pero podéis elegir otro tipo de pasta que os guste.

Necesitas (para 4 personas)
300-350 g de pasta (rigatoni, spaghetti, tagliatelle...)
2 huevos (3 si son pequeños).
70 g de pancetta (a mi me gusta la curada o ahumada)
1/2 cebolla y un diente de ajo (opcional)
Aceite de oliva virgen extra
Pimienta negra
Orégano
Queso parmesano reggiano

Cómo se hace:
1. Ponemos a cocer la pasta en agua con sal y un chorrito de aceite de oliva. Echamos la pasta cuando el agua rompa a hervir y la cocemos durante el tiempo indicado en el envase hasta que este al dente (ofrece cierta resistencia al morderla).
2. Mientras la pasta se cuece vamos preparando un pequeño sofrito con una pequeña cantidad de aceite de oliva virgen, la cebolla y el ajo cortados en trocitos pequeños (brunoise) y la panceta, también en tiras delgadas. Hacemos el sofrito a fuego medio hasta que la cebolla quede transparente y tierna y la panceta bien frita. Reservamos.
3. Una vez cocida la pasta, la dejamos escurrir bien. Batimos ligeramente los huevos con un poco de sal. Volcamos la pasta sobre una sartén o tartera antiadherente a fuego bajo-medio, añadimos el huevo batido y vamos removiendo cuidadosamente la pasta con el huevo. Al estar la pasta caliente, el huevo en contacto con ella se irá cuajando lentamente. Cuando empiece a estar ligeramente cuajado añadimos el sofrito y salteamos todo.
4. Servimos bien caliente con un poco de orégano, pimienta negra molida y un poco de parmesano que habremos rallado al momento sobre la pasta.

Importante: No cocer demasiado la pasta, normalmente debemos seguir el tiempo indicado en el envase. No debemos dejar que el huevo se cuaje demasiado o quedará muy seco. La gracia de la Carbonara es conseguir ese punto en que el huevo queda semi-sólido y cubriendo ligeramente la pasta. Si nos queda seco podemos añadir un chorrito de aceite de oliva al final.

Buon appetito!

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