miércoles, 9 de octubre de 2013

Tarta Sacher


La tarta Sacher (Sachertorte) es un clásico de la repostería austriaca cuya historia podéis leer aquí, si os interesa saber más sobre su origen. Se hizo famosa a finales del s. XIX por su delicada combinación de bizcocho de chocolate y mermelada de albaricoque. Hacía tiempo que tenía ganas de probar a hacerla, y como celebrábamos un cumpleaños me animé. Es perfecta para preparar un día antes porque con el reposo adquiere una consistencia especial y el recubrimiento de chocolate permite que se conserve muy bien.

Aunque lleva la cantidad justa de azúcar, no resultando excesivamente dulce, la considero una tarta para una ocasión especial y sobre todo para los amantes del chocolate. No es difícil de hacer, pero sí laboriosa. Os animo a que probéis, disfrutaréis tanto haciéndola como con el resultado final. Ah…! hemos buscado bastante información para asegurarnos que la receta se ajusta lo más posible a la original. Podéis acompañar cada porción de un poco de crema chantilly.

Dificultad: media

Tiempo de elaboración: 2 horas (contando con el enfriado del bizcocho).

Necesitáis (para un molde de 23 cm de diámetro, unas 10 porciones):
60 g de cacao puro en polvo
150 g de harina de repostería
14 g de levadura (Royal) (si la harina no lleva fermento)
50 g de azúcar glacé
165 g de azúcar blanca
130 g de mantequilla pomada (a temperatura ambiente)
100 g de leche
4 huevos
Una pizca de sal
Esencia de vainilla

Para el relleno:
Medio vaso de agua
100 g de azúcar
Un chorrito de licor (oporto, amaretto, cogñac…)
Mermelada de albaricoque previamente filtrada por un colador para obtener una textura más fina.

Para la cobertura:
150 g de chocolate fondant para repostería
100 g de nata líquida (35%MG)
1 cucharadilla de mantequilla

Para la decoración:
Chocolate blanco
Papel de horno o manga pastelera fina
Frutos rojos como grosellas, frambuesas, fresas...

Cómo se hace:
1. Ponemos a precalentar el horno a 180 grados.
2. Preparamos el bizcocho mezclando en un bol, por este orden, la mantequilla con el azúcar glacé y una pizca de sal, a continuación el cacao puro, las yemas mezclándolas una a una, y por último la leche.
3. Mezclamos la harina con la levadura y la añadimos a la mezcla anterior tamizándola por un colador. Os daréis cuenta que la mezcla queda bastante espesa resultando algo difícil de mezclar, pero esto es normal, se trata de un bizcocho consistente.
4. Batimos a punto de nieve las claras con el azúcar y las incorporamos a la mezcla anterior mediante movimientos envolventes para que quede esponjoso.
5. Untamos el molde con mantequilla y espolvoreamos ligeramente con harina para que no se pegue, añadimos la mezcla y horneamos durante 40 minutos. Una vez pasado ese tiempo, lo desmoldamos y dejamos que enfríe (preferentemente en una rejilla para que no se humedezca).
6. Mientras enfría el bizcocho, vamos preparando el almíbar disolviendo en el agua caliente el azúcar y añadiendo el chorrito de licor, le vamos dando vueltas hasta que espese un poco y adquiera el aspecto de almíbar. También pasamos la mermelada por un colador para que quede una textura muy fina.
7. Una vez haya enfriado el bizcocho lo cortamos horizontalmente por la mitad. Para hacer esto yo me ayudo con un hilo fino y fuerte, hago una incisión con un cuchillo alrededor del bizcocho marcando la mitad, apoyo el hilo y lo utilizo a modo de "sierra". De esta forma os quedará perfecto el corte. Recordad que este tipo de postres hay que hacerlos con mucha "delicadeza" y con paciencia.
8. Elegimos la parte del bizcocho que mejor acabado tenga para la parte superior de la tarta, y las partes interiores las mojamos con el almíbar y distribuimos sobre una de ellas la confitura. Unimos las dos partes con mucho mimo.
9. Preparamos la cobertura. En un cazo a fuego medio-bajo fundimos el chocolate con la nata, agregamos una avellana de mantequilla para aportar algo de brillo (prescindible, si la añadimos debe ser una cantidad mínima). Cuando esté totalmente homogéneo lo retiramos del fuego y mientras esté caliente lo vertemos sobre la tarta. Si es necesario nos ayudamos de una espátula para extenderlo. Dejamos que enfríe y solidifique.
10. Una vez fría la tarta la decoramos con frutos rojos y escribimos la palabra Sacher haciendo una manga pastelera con un cucurucho de papel de horno y poniendo un poco de chocolate blanco fundido en el interior.

Recomendaciones:
- Para que el bizcocho se desmolde fácilmente es mejor emplear un molde desmontable bien engrasado y espolvoreado con harina y no introducir un cuchillo para desmoldarlo, dejar que se despegue el sólo.
- Si el bizcocho sube y queda muy abombado, podemos cortar lo que sobre con el hilo para que nos queden dos tapas uniformes y lisas.
- A la hora de distribuir la confitura recomendamos dejar un espacio de aproximadamente 1 cm cerca del borde libre de confitura, y así evitaremos que desborde al colocar la tapa superior del bizcocho.
- Es mejor verter el chocolate de la cobertura mientras está algo caliente el bizcocho para que resbale mejor.
- Utilizar una espátula de silicona para extender la cobertura y cubrir las partes laterales.

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